Conservamos los datos solo durante el tiempo que lo requiera la ley (generalmente hasta siete años para los registros financieros y fiscales) o para el propósito para el que se recopilaron. Cuando los datos personales se transfieren internacionalmente (por ejemplo, a proveedores de servicios en los Estados Unidos), nos aseguramos de que existan salvaguardas adecuadas, como cifrado, controles de acceso y mecanismos de transferencia legalmente reconocidos.